Abandonada la Batalla en Florencia, sin terminar, Leonardo regresa a Milán al servicio de los franceses. Se reduce su actividad artística, concentrada en la lenta continuación de algunas grandes obras que nunca llega a entregar a sus comitentes (Santa Ana, la Mona Lisa, San Juan) y en la creación de nuevos proyectos ejecutados por sus alumnos. Leonardo dedica cada vez más tiempo a la investigación científica (las disecciones anatómicas, el vuelo de las aves, el estudio de las aguas, las ciencias de la tierra, la geometría, etc.) y a la escritura. Su biblioteca sigue creciendo. Sin embargo, los documentos y manuscritos ya se han convertido por entonces en un laberinto de miles de páginas en el que ni siquiera el maestro consigue orientarse. Leonardo se pone entonces manos a la obra para ordenar sus papeles y componer algunos libros y escribe cientos de textos (por ejemplo, en el Códice Leicester). Está a su servicio un joven alumno milanés que posee una buena cultura humanística, Francesco Melzi, que empieza a ayudarle en esta difícil tarea.
La biblioteca de Leonardo
Titolo del libro:
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Los libros de Leonardo - Alquimia, Astrología y Magia
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Los libros de Leonardo - Arquitectura
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Los libros de Leonardo - Arte militar
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Los libros de Leonardo - Artes figurativas
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Los libros de Leonardo - Astronomía
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Los libros de Leonardo - Filosofía
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Los libros de Leonardo - Física
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Los libros de Leonardo - Gramática, lingüística y retórica
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Los libros de Leonardo - Geografía
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Los libros de Leonardo - Literatura
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Los libros de Leonardo - Matemáticas
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Los libros de Leonardo - Medicina
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Los libros de Leonardo - Óptica, teoría de la luz y de la visión