Tras los años de aprendizaje con Andrea el Verrocchio y la realización de sus primeras obras (la Anunciación, el retrato de Ginevra de’ Benci, algunas Vírgenes), Leonardo intenta seguir su camino como pintor de forma independiente. Recibirá algunos importantes encargos (La Visión de San Bernardoem en el Palacio de la Señoría, La Adoración de los Magos, el San Jerónimo), los cuales, sin embargo, deja sin terminar. Al mismo tiempo, mantiene contactos con ingenieros e intelectuales, y en sus notas recuerda el nombre de Paolo dal Pozzo Toscanelli. Datan de este periodo sus primeras y apasionadas lecturas (la Comedia de Dante, la Historia natural de Plinio traducida por Cristoforo Landino, las Metamorfosis de Ovidio) y los primeros escritos literarios (la caverna y el monstruo marino).