El joven Leonardo, nieto de comerciante, en Florencia fue también a una escuela de ábaco, es decir, de aritmética práctica. Entre los nombres que anota en sus apuntes se encuentran los de Benedetto dell’Abaco y Giovanni del Sodo. Pero su interés pronto se desplazará hacia las matemáticas teóricas y al contacto con científicos como Paolo dal Pozzo Toscanelli.