Llegado a Milán en 1496, el fraile Luca Pacioli se hace amigo de Leonardo y se convierte en su maestro en los campos de las matemáticas y la geometría. Le ayuda a entender a Euclides, traducido a lengua vulgar. Le hace participar en la elaboración del tratado Divina proportione, para el cual Leonardo diseña maravillosos poliedros, y en una nueva edición de Euclides.